HOLA TÚ, CRISTAL RIVAS.


– Porque quisieras leer a una completa extraña? 

Bueno, entiendo eso, así que me presento. 

Musho gusto!

Soy orgullosamente de Cd. Juárez Chihuahua, en México.

Lo digo y un suspiro se presenta en el pecho, porque lo sé, mi ciudad es una de las ciudades con más títulos amarillistas, que solo se enfocan en lo malo y en lo violento, pero poner a Juárez en ese binario hace que se pierdan sus interesantes matices, sonidos, sabores. Pero en fin, ya hablaré de mi juaritos luego. 

Rondo los 30 años, soy madre de 2.

Temas como ventas, negocios, clientes, estimula mis instintos y siento un boost de vitalidad.

Pero esto, escribir, OMG! el sonido del lápiz en el papel o las teclas, puedo ser opuesta, al ethos, a la mente, la lógica.

Puedo ser quietud o flujo, fuego o agua, un soplo y no un estruendo.

Hace 2 años me divorcié, eso volcó mi cabeza y alma, todo lo que consideraba como una vida “plena”, ya sabes esa imagen de mujer de casa que también amé, pero que no tengo interés en rehabitar.

Tenía años creando y compartiendo historias muy mías con amigas, conocidas, familiares; pero luego de ese tornado de emociones, comencé a escribir como proceso terapéutico.

Desde ese momento sentir es como inhalar y escribir, exhalar. 

Escudriño las preguntas que nunca me hice.

¿Qué quiero ser y hacer? ¿Quiero una relación romántica o solo un compañero de días solitarios? ¿Soy una mujer buena o mala? y ¿Y qué significa ser una o la otra?

Es una tortura revolotear en ese sin fin de preguntas, pero de esas torturas deliciosas, agridulces, interesantes.

Puede ser que estos minutos de tecleo incesante tengan sentido y te identifiques. 

Si es así, nos seguimos viendo.